Una espada atravesaba mi corazón inerte
Fuente de aullidos latentes
Una larga espera hacia el frio abrazo de la muerte
Escuchaba el cascabeleo de su duro cráneo y sus dientes de oro
Decían que por mi modo de vida
Por mi, la misma parca vendría, cabalgando en su corcel negro y su clásica guadaña eclipsada con sangre derramada
Resulta gracioso que en estos momentos de incertidumbre
Donde mi visión se nubla con las tinieblas del desfallecer
La razón… simplemente la palabra herrada vendría perfecta a tal resolución
Un deseo que profano su cuerpo
Y un sueño que se atrevió a revelarse contra los cielos...