Todos creen que ya estoy muerto,
Dan mi causa como perdida…
Juran que ante un futuro incierto,
Víctimas de la fatalidad del destino,
Me sacaste de pronto de tu camino
Y me borraste para siempre de tu vida.
Todos aquellos que a veces me leyeron,
Que conocían bien mi sentir de hombre,
Los que en ciertas ocasiones nos vieron
Mirando mis poemas, abrazados, juntos,
Saben que eran tuyos hasta los puntos,
Aunque ninguno llevara tu nombre.
Todos piensan que no pude sobrevivir,
Creen que ya no siento, ya no escribo,
Algunos hasta se aventuran a decir
Al ver que ya no expreso emociones,
Que no existen para mí más razones
Para volver un día a sentirme vivo.
Es que le escribía al amor y tú lo eras
Y no lo diré en pasado, aún lo eres…
Ensayé contigo las mil y una maneras
Y en mis escritos se notaba mi anhelo,
Pero ya nadie ve colores en mi cielo
Desde que piensan que no me quieres.
Creen que nunca salgo porque no puedo,
Pues la tristeza, el despecho, me dominan,
Se ríen por pensar todos que me da miedo
Salir a caminar como un vagabundo…
Tu olvido me dirá que me fui de este mundo
Y que los muertos si lo están, no caminan.
Esta es la verdad y tú lo sabes de sobra,
Te amé con el alma, así, sin receso…
La vida sin falta siempre nos cobra
Los errores alguna vez cometidos.
Las remembranzas, los olvidos…
Y hasta el amar u odiar en exceso.
Está en tus manos que eso deje de ser así,
Que como Lázaro de pronto me levante,
Con una sola palabra que salga de ti…
Que diga que no me has dejado de querer,
Te juro que dejaré por fin de parecer
Un tristísimo cadáver ambulante.
Tal como Lázaro volveré a caminar,
Bendiciendo cada calle, cada tramo
Que de tu cuerpo pueda alcanzar…
Y todos me verán muy sonriente,
Mirando sin ningún rencor a la gente
Y gritando con mi alma, que te amo.
Bastará una palabra y ya no habrá muerte
Ni verán caer lo que ahora se derrumba.
Será como un cambio insólito de mi suerte.
¡El jinete del amor de nuevo cabalga!
¡Milagro! Gritarán cuando ante todos salga
El muerto que te amó hasta en su tumba.