Fuiste en mi vida el faro que a mi nave guío llevándome a puerto seguro con la luz inmensa de tu mirada y palabras. Confiada yo me entregué, pensando que serías por siempre quien a mi me orientaría a regresar al hogar que a tus pies yo fundé. Parecías inamovible, esa era mi impresión mi percepción fue errada, sólo te entretenías mientras tu esperabas que alguien cambiara tu vida. Hoy, abandonaste el puerto en que yo funde mi hogar, olvidaste las promesas que realizaste en un tiempo. Mi hogar cimentado esta, y no lo pienso perder, a él regresaré siempre, aun cuando tu nunca más estés.