Me agobia un solo deseo
que hierve constante y sentido
y con el animo caído
lo anhelo y lo veo
y lo recibo herido
ya que de el soy reo
preso en esta ansiedad
atino y desatino
no por debilidad
sino porque a mi vino
con la paz y felicidad
de su amor divino
estando yo sometido
a su divina gracia
veo para mi desgracia
que de mi ha huido
y mi vida se desahucia
desvariando poseído
es en la fragilidad
del penoso desamparo
que llena de soledad
al que es despreciado
cuando llega la divinidad
del amor concienciado
ante la larga tardanza
el alma enamorada
nunca pierde la esperanza
y de si misma olvidada
su fe solo se afianza
en la llegada esperada
espera desesperada
y espera con la atención
que la deja desaliñada
y acicalada de convicción
recibe un convulsión
quedando enajenada
el animo se obtura
y el espíritu desfallece
y entonces acontece
un no se que por ventura
que llega y no se merece
y que crece estando a oscuras
y cercada en su recerca
advierte de repente
que a Dios lo tiene cerca
y ahogada e inerte
llora y se estremece
con creces y fortaleza
no por mucho orar
al que llama se le abre
o al que pide se le da
es al amar por piedad
y con fe inquebrantable
cuando nos unge la humanidad
y aprendiendo a perdonar
sin guardar enemistad
nos llega la paz estable
y la verdadera felicidad
que sabiendo o no sabiendo
solo se llega a entender
cuando te estas hundiendo
y empiezas a comprender
que amar a Dios con fe
es vivir y estar muriendo