Y ahora aquí
sentada entre
horas negras
en que el
murmullo de la
soledad aturde
mi sueño
me abandona
cruel
despiadado,
Vivo a cuenta
gota el
transcurrir
del turno,
Mis pasos
como en viejos
tiempos
dejan huella
silenciosa
en el
festín
diabólico
de la noche