Te quiero desde mi soledad que busca tu nombre
para pronunciarlo quedito cuando llegue el sueño
y pensarte y soñarte que estas unido a mi
en un eterno abrazo milenario de mil vidas anteriores.
Estas en todo lo que miro y en todo lo que amo
desde el amanecer diario y el anochecer en tus brazos
que se alargan por medio de las palabras
con las que me das cariño.
En tu corazón se anida mi alma,
en tus pensamientos mi recuerdo,
en tu mirada mi emoción
y en tu equilibrio mi alegría.
Tu alma está impresa en mi alma
Y tu sonrisa en mi fantasía,
estas siempre palpitando
En este sentimiento que nos cobija,
que nos alcanza para estar
conformes con la vida
Y en cada anochecer
colocar sobre mi almohada
La luna más brillante
y los luceros más grandes.
Te amo, desde mi sencillez
de poeta sin artificios,
desde los más apasionados versos que me inspiras,
en los que pongo mi esencia
de mujer enamorada,
porque tú amor me regala
El dulce sueño de la felicidad compartida