1
Un arco invisible de largo alcance surca los mares
Me tira flechas desde la cara oculta de la luna
Todas llegan a mi con el mismo escuálido mensaje
Reza: Tenemos que ir juntos al jardín japonés
2
Escucha el aullido del animal atrapado
alrededor del jardín de anémonas
allí donde hay un hombre apaleado
esperando a su amada Desdémona
3
¡Albricias! En la penumbra se cobija la luz de la alegría
los abedules ríen, los abanicos bailan, alboroto de abrazos
¡Ambrosía¡ Zumo de los dioses en el zaguán de tus yemas
Vibrantes volteretas, virguerías, jubilo, vericuetos. ¡Albricias!
4
Como cada semana
le regala flores tiernas.
Entran por su ventana;
invisibles a su ceguera.
5
Hay un vaivén de susurros traviesos y trasnochados
Mientras mis dedos trastean trémolos y melancólicos
Añorando el primer cucurucho de la infancia en tus labios
Todavía tiene esperanza el titiritero de la luna del Plata
6
¿Que diabólico presagio
se encargo de separarnos?
Hay dos velas en el espacio
¿Seguirán allí al despertarnos?
7
Carismático caricaturizado cariacontecido
Caracoleaba en una cartulina caramelizada
Se carteaba el cascabelero con una cavernícola
Que lo cazo con su cerbatana y quedo cautivo
8
¡Que parsimonia!
Más que loco soy boludo
¿Qué ceremonia?
Si soy la sombra de un mudo
9
Alborada impregnada de albahaca y sándalo
Lluvia de palabras perfumando el aire del recuerdo
Sutiles susurros en el taburete de tachuelas rojas
donde sobrevivo a las texturas de tu boca congelada
10
La soledad solemne en el zócalo de mis tímpanos
la sensualidad de tus caderas revoloteando en mi sien
¿Dónde subyace el regocijo?, ¿Dónde la fantasía?
Vuelve la añoranza de tu voz a pintar acuarelas en mi alma