La noche llega a su fin.
El día va a despertar.
Y empieza la contienda
por quererte y por sufrir.
Amarga,
está amarga la noche
sabe a zumo de corteza,
sabe a la sangre del indio,
y del pobre, la tristeza.
Agonizan las calandrias
de tu pecho los latidos,
la desesperación atrapan
en sus nidos colgantes
mientras decoras tus manos
de rotos y dispares guantes,
apenas son, las 400 en lenguaje militar
a revolver basureros, con los que alimentar
niños, y viejos hambrientos
han de ser la prioridad...
Vas al encuentro del hombre
vas a internarte en la jungla,
quieres enterrar el hambre
en los botes de basura.
Y todos te miran feo,
y conoces ya sus muecas,
te dicen "el basurero"
entre tantas ratas muertas,
a ganarte vas la vida,
a buscar dos o tres panes,
mientras hay quienes los tiran,
sin agradecerle al Padre
por tan buena vida.