Mi río sólo eres tú
y yo navego en tus aguas,
todas vestidas de azul,
de verdemar y esperanza.
Yo nado sobre tu lecho
y me sumerjo en tu vida
y naufrago entre tus pechos
como un náufrago entre islas.
Voy conociendo tus mares
y tus playas protegidas
y visito otros lugares,
que me enseñas a escondidas.
Y nos miramos de frente,
somos orillas de río,
en medio está la corriente
y tus ojos en los míos.
Tú refrescas mis deseos
y tu mirar me fascina.
Son tus ojos los bomberos
del fuego de mis pupilas.
Y entre corriente y corriente
y el mar que sube y que baja,
yo nado para tenerte
entre mis brazos en calma.
Y la corriente se rompe
entre tu vida y la mía
y tú pronuncias mi nombre
y yo te hago poesías.
Nos mojamos en las aguas
de tu río, que es mi río
y se unen nuestras almas
muy despacio en un delirio.
Recibiremos mareas,
afrontaremos corrientes…
sólo en momentos de espera,
pues después… llega el presente.
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