CANCION DE LA SOLEDAD
Estoy solo aún; esperándote en aquel rincón,
Donde tu mano suave, acarició mi mano,
Y hoy, que el invierno cala hondo mi corazón,
También llega a mi olfato, el perfume del verano.
Acaso es porque tu lejanía y mi ausencia
Son como las tristes olas, que se alejan del mar,
Dejando solo, ésta humedad y clemencia
Y se llevan consigo todas… las ansias de amar.
Quizá porque las noches son mas largas y oscuras,
Me provocan pasar, el trago más vil y amargo,
Y siento que la daga me hiere y sin embargo;
No puedo librarme mujer, de tus ataduras.
Porque tú; haz estado ahí, sin que seas mía,
Como la hoja lozana, sobre el árbol viejo,
Llenándolo de esta inconmensurable alegría;
Y reflejando sus arrugas, en aquel espejo.
Y entonces acude a mí; la sed no calmada,
Por los besos secos, que de tus labios robé
Y hoy; me duele verte, tan lejana y posada
En otros brazos, entregando; la miel que libé.
Porque fuiste, el agua fresca, que llenaba el vaso
Y la luna llena; que entraba por el ventanal,
Como una suave brisa, que el viento a su paso,
Deja impregnado; cual fresco rocío matinal.
Por eso; en esta soledad, que hoy te canta
Y lleva el triste murmullo, de mi voz hasta ti;
Te digo amor, que el corazón aún se levanta
Y al ver tú retrato; duele aceptar, que estoy sin ti.