Lentamente desfallezco
hasta atrapar tus senos
con mi boca
y con mis labios secos de besos
palpo mi piel con tu piel
encendido en una fiebre de pasión
que poco a poco apaga mi sed sobre tì,
y me hundo en el sabor de tu piel
hasta sentir que mi lengua
se atrapa entre tus pezones
que son
como dos fresas salvajes
que derraman su néctar
sobre mi garganta
hasta acallar mis gemidos…
y sentir
que se escapan entre mis labios
de tanto saciarme de tì,
y no quiero apartarme de tì
porque encadenaste tu pecho a mi boca
y como todo preso
que es dueño de su condena
te pido que no me absuelvas
de esta ansiedad que me provoca
y déjame que mi sed sobre ti
sea la más larga y feliz de mis condenas.