Una mujer que crece mirada en los ojos,
horizonte de igualdad,
y no cava su tumba en los turbios pregones
para seducir sus encantos,
se sacude y desliza su alma,
su cuerpo
como humano consejo
en justa esperanza de vivir mejor.
Vale por diez hombres que no tienen valor.
Una mujer que teje lluvia
como alimentar a los sedientos de su barrio
llegando a sus 18 agostos,
libre como canto de paloma,
Pura como rondín milagroso
y
levanta su índice
a preguntar o contestar
académicos saberes
sin súplicas y desganos…
Vale por veinte hombres que no tiene valor.
Una mujer que brilla principios
de humana mirada,
de perfil
y
de frente
como rosa encantada
Y no sean sus pétalos rasgados
por apetito de máquina-sexo
Vale treinta hombres que no tienen valor.
Una mujer que canta a sus hijos
al doblar la esquina del día,
en la cintura de la noche
O
al levanto del día
de su gallo cantarino primor
y sin queja
suda su peso de madre
Riendo,
Silbando su honor…
Vale por cuarenta hombres que no tienen valor.
Una mujer que administra
sus besos en sentimientos
marcando un metro de la pasión
y saca lustre a sus piernas
en el trajín conmovedor del deber.
Aquella que sabe:
como tocar campanas
como deslizar su sueldo
y hervir su sangre en el gusto
del
divertir,
en abrazo fraterno
sin vender sus caricias
por placer o comer más frijol…
Vale por cincuenta hombres que no tienen valor.
Una mujer que ama,
Aunque todos la traicionen,
Aunque duela su recuerdo,
O
llore por el padre
del hijo que dejó…
Pero sigue
Escalando humana forma de amar.
Vale por sesenta hombres que no tienen valor.
Una mujer que teniendo poco
O
tal vez
el doble de ese poco
abriga a sus hijos
¡ Madre soltera ¡
que las promesas del ¡Te amo ¡
la dejaron… y aun así
sabe escribir
el nombre de sus hijos,
morirá llena de besos
en los labios que supo formar…
¡ Esa ¡ vale medio mundo de hombres que no tienen valor.
La mujer que siendo
lo que su vestido encierra
Se fortalece
en conocimiento universo de su yo,
De los dos y
De los todos
Que no tienen trapo
en que a guarecer su pobreza
y extiende su palabra,
su mano dedos
para reventar su alma
en la felicidad de todos
como punto infinito
de todos los puntos del ser…
¡Esa!
Vale un mundo entero… de todos
los hombres que no tienen valor…