La llamada me llegó en una fría noche de un monótono miércoles.No pude dormir bien esa noche, mi mente divagaba en ese encuentro del día siguiente.
Dicha llamada era de aquel caballero(se acuerdan?)él,el de la \"flor.Siii ,el que después de un tiempo transcurrido de mi visita al hospital donde se hallaba internado,salió avante en su constante lucha por continuar con vida.
Un tanto sorprendida acepté sin mucho pensarlo su invitación a almorzar.Pues bien,el jueves siguiente, corría como loca,alistando la ropa que iba a usar ese día, me empecé a alistar a las diez de la mañana(la cita era para las doce medio día) con emoción y muchos nervios; me maquillé moderadamente,alisé mi cabello, me medí una y otra vez diferentes ropas (ya saben como somos las mujeres).
Me sorprendía sentirme tan emocionada, parecía una adolescente en la primera cita con su enamorado.Pero es que este caballero significó tanto en mi vida, que volverlo a ver y poder compartir con él,para mí era una gran alegría.
A las once y cuarenta y cinco,la bocina de un carro, frente a mi casa me asustó un tanto y aumentó más mi nerviosismo,salí fuera(no sin antes mirarme al espejo nuevamente), y al llegar al carro ví que no era él, ya me iba a devolver desilucionada para mi casa, cuando el señor que venia conduciendo, me dice:¿eres Lorena?Yo,un poco confundida dije:sí, porqué?.El amable señor me explicó que mi amigo lo habia mandado por mí, que él era su chofer, porque ya no podía conducir.
Después de entrar en confianza y segura de que en realidad era su chofer, me subí al carro,y en un corto recorrido llegamos a un lugar conocido, era el restaurant donde hacía tantos años solíamos frecuentar.Allá , en una mesa apartada del resto,lo divisé,al acercarme nos saludamos, y se puso de pie para ofrecerme la silla dispuesta para mí.Lo observaba disimuladamente, mientras cruzabamos algunas palabras para romper el hielo, siempre elegante; con un traje entero azul( que hacía un lindo contraste con el vestido celeste claro que yo llevaba puesto), sus zapatos brillosos, su cabello cano bien peinado;como fue siempre: fino, delicado; bien vestido.
Conversamos de todo un poco, de mi vida, de la suya, de su enfermedad, (yo lo seguia observando).Ya está muy mayor, tiene 84 años y yo pensaba en la diferencia de edades entre ambos, irónicamente me dije :¿porqué en un ayer no lo pensé?Ahora , la atracción que hacia tanto tiempo sentí por él, no se hizo presente,aunque me habló de su soledad, me habló de sus deseos de que yo le acompañase en sus últimos años de vida; del gran amor que por mí sintió.. etc..
Sus palabras no hicieron ruido en mi corazón, y con mucha sinceridad le dije que yo no podía estar con él, porque para mí el amor es muy importante, y que yo no podia prometerle nada, que no lo iba a amar como lo hice en el pasado.A pesar de mi sinceridad , me dijo que lo meditara y que me ofrecía bienestar económico( es una persona de muy buena posición económica),pero aún asi fuí firme en lo que le dije.
Al llegar a mi casa, reflexioné y me dije a mi misma:¡Cuán importante es el amor en la vida de una pareja! El amor lo vence todo, el amor está por encima del materialismo, me dí cuenta, que los valores que me inculcaron mis padres desde niña, no han huído, porque a pesar de que el dinero es importante en muchos aspectos de la vida, no podría estar con un hombre por interés a tener una vida de lujos, una vida ficticia, no podria fingir amor sólo por querer entra a una vida donde abundan los bienes materiales,pero casi siempre es una vida vacía y monótona.
Prefiero seguir en mi vida sencilla, que ser un instrumento de compañía para alguien que como yo,continúa sin pareja, con la diferencia que mi vida está llena de cosas maravillosas y bellas, que no se compran con dinero: mis hijos , mis nietos, mis amigos sinceros y mi Dios que nunca me ha abandonado en los peores momentos de mi vida!!