Combina las palabras
cuidando su belleza, su sentido
realza el verbo, adorna el sustantivo
y se enamora a rabiar del predicado.
Oración tras oración busca las perlas
para un bello collar de sensaciones
y con piedras preciosas de emociones
enhebra cuentas que en el verso engarza.
Es su intención decir lo que le nazca
lo que surge de sí que lo apasiona
lo que perturba su alma o atesora
en su raíz, su sangre o sus venas.
Pinta el amor o envuelve alguna pena
en la metáfora sutil que lo distingue
denuncia en prosa el mal en tantas lenguas
como páginas componen sus poemas.
El poeta es constructor de sentimientos
de letras que en hermosa arquitectura
luce galante la flor de la cultura
que perfuma el corazón o cala el hueso.
Ama el papel, la pluma, las palabras
ama al que ama el mundo y lo mejora
tal vez en rima, quizás en disonancia
pero escribiéndole a la vida él la adora.
Ama la paz, la risa, la sustancia
que como sabia le viene de la fibra
y en el espíritu inquieto que le vibra
busca la sal de amor que le hace falta.