Los días intempestivamente viajando conmigo
en el otoño que culminaba en el vacío
se me hicieron interminables,
es que me había quedado sin tu amor
con las manos vacías
sin siquiera acariciar en ensueños una marchita flor.
El invierno que tocaba a un otoño que moría
ocultaba a las hojas que quedaban,
mostraba sus manos el invierno frío
sepultando en la niebla en tinieblas
a ese amor que ya no estaba en mi.
Con las manos vacías
con la velada estrella del destino
me hallo de repente buscando a la primavera
con amor esperando a un nuevo amor,
esperanza que crece como torbellino.
Lanzo a los vientos la palabra amor
el eco me devuelve esa palabra con temor.
Solo me queda aguardar
el alba de una nueva primavera y esperar:
¡Con amor anhelando a la primavera!
El cielo desciende,se pone a lado mío
y me conmina a danzar al amor hasta morir,
el terror penetra en cada movimiento que doy,
mi mitad huye pero la otra mitad permanece
añorando la llegada primaveral de pasión y deseo.