Mis deseos son por tí, amada mía,
tendida en mi cama esta noche,
quiero soltar tu largo pelo
sobre mis senos erguidos de esperanza
quiero saber que mi saliva alcanza
para besarte entera,
desaparece de mi lengua la hiel
mientras bebo, el néctar de tu fragancia
y llego a la laguna de miel.
Quiero beber de tus jarrones
desbordados de tibia mantequilla
llevarte a la mesa, posarte en la orilla;
extendida, dulce, amorosa, deshojada,
son tus piernas, alas amarillas,
de mariposas frágiles y ajadas
la cena está servida entre tus muslos,
misma que es la puerta al cielo,
me das la llave, encuentro el paradero,
mi hogar, mi llama, mi fuego entero.
No quiero más luz que tu mirada,
ni quiero más piel que no sea tuya,
recojo en mi lengua de tu miel
y en un beso tuyo y mío, el Aleluya.