Siempre quise tener un piano
Y los he tenido.
El primero casado
(Al parecer una dote)
Que fue a parar de rebote
A la casa del ex-marido de mi mujer.
Todo un placer
Y una falta de tino
Que me empecino en no creer
Tanto mal gusto.
Asunto que terminó
Con mi divorcio insoluto.
Ella no se quiere divorciar
Y yo ando de luto
Con este escorbuto.
Por navegar por mares
Que nunca llegaron a puerto en lo absoluto.
El otro piano lo recibí para venderlo de un amigo.
El no fue testigo de mis grandes condiciones
Para componer melodías
Que hoy en día
He olvidado por bruto.
Y porque finalmente se lo vendí a mi hijastro
Y pasó a ser un trasto.
Ni rastro queda de aquel piano.
La última vez que lo vi
Estaba desdentado y enjuto.
Ahora ya no me inmuto
Si veo un piano perderse en la mar.
Tarde o temprano
Los pianos como las mujeres van a parar
En mi vida digo yo
O a una botella o al tributo
De las penas de un bar.
Siendo yo algo canuto.