Como montaña azul, por la bruma desdibujada,
así es tu imagen, que en mi recuerdo está fijada.
Si luego de un aguacero, ves que la montaña se despeja,
así mismo pasa cuando me hablas: tu imagen, clarito se me refleja.
¡Oh dulce niña, oh mujer bien amada!
Háblame todo el tiempo, que al oirte:
al oirte, mi alma emocionada,
enciende recuerdos que me hacen,
aquí cerquita de mí poder sentirte...