Vivir en soledad es estar en una avenida adornada de neón,
con puertas de oro y plata, y falsos sueños en noches de verano...
Rostros coloridos, farsas de alegría y besos sin sabor...
Gestos clandestinos, tontos y sedientos de amor...
Espinos, rosas, risas, llanto... y tanto desamor,
cortes y cicatrices, gritos ahogados, lágrimas de dolor...
El antifaz puesto, sigue la fiesta: en la sonrisa la sal...
La orquesta gruñe los dolores del payaso, ¡triste marginal!
¡Ay de quien menguar en ese mar de venenos!
En ese charco adornado, en esa sangre de copas, temiendo el sufrir...
¡Ay de quien quiere negarse el mar de venenos!
Mil veces maldito en la inconsciencia, su vida a la margen, no puede huir...
Espinos, rosas, risas llanto... y tanto desamor...
Cortes, cicatrices, gritos ahogados, lágrimas de dolor...
Sigue la fiesta: en la sonrisa, la sal... El antifaz puesto en la orquesta,
que canta al dolor de este payaso, ¡torpe marginal!
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