Siento en mi entorno,
la perfecta armonía de la naturaleza.
En mis oídos el exaltado grito de auxilio
de mi amado parque Henri Pittier.
Percibo la corrupción oficial que permite,
que las maquinas infernales
desbastan nuestros frondosos bosques,
pulmón del mundo
y seguridad de vida para el planeta,
Cuanto delicia hay en mis manos
cuando con suavidad acaricio la admirable fauna
que habita en nuestras florestas .
Que delicado placer es poder catar,
los sumos de frutas,
regalo divino de la naturaleza .
Mi sangre se ciega,
al ver la maldad en el insensible
que destruye las cuencas,
alma y vida del planeta.
Estamos desolando la madre tierra,
con la tala, la quema, la búsqueda de oro,
el petróleo que intoxica a nuestras costas
y contamina la atmosfera,
percibo con preocupación,
que a nadie le interesa.