Tengo la calma del paciente sabio
que en la estratégica visión de su certeza
ve que es inútil volarse la cabeza
cuando no están ,aún, maduros esos labios.
Voy a esperar, si bien al tiempo aprecio
no llevo la ansiedad del inseguro
no veo nada de valor en el apuro
y, en cambio, la paciencia esconde un beso.
Que todos salgan a buscar instantes,
en el umbral de la quietud espero;
ellos demandan lo poco que da el antes
en lo total que da el después, te quiero.