Me vi en el recodo de tu senda
Besando las mesetas
De tu piel adorada.
Y me perdí en la gruta de tus besos
Tratando de encontrar una respuesta
A esta atracción que en mi socava
La poca voluntad
Que urge a mi razón
Cuando tus ojos llaman.
Pasé por el Olimpo de tus senos
En donde Afrodita
Surtió de dulces fuentes los caminos
Para alcanzar la alberca
Del misterio insondable
Que tiene tu ensenada.
Y mis labios ahítos
Hallaron el destino
En tu remanso de aguas turbulentas
A la hora que despiertan
Los gnomos y las hadas.
Después de encontrar todo el sentido
Surqué con mi guadaña
El sesgo de la ruta
Que anuncian sembradíos.
Mientras se despertaban tus gemidos
Yo tuve la esperanza
De un nuevo amanecer
Con besos de rocío.
Deseo derrocar todo este miedo
Volviendo a resembrar toda la tierra.
A pesar que el amor
Nos dió un día la espalda
Deseo esparcir en ti semillas
Pensando en el mañana.
Y mientras erosiono con mi boca
Las últimas tristezas
Que quedan en tu alma.