Y de pronto se hizo de noche
Sin saber cómo dijiste adiós,
En un parpadeo te fuiste
Sin ni siquiera decir adiós.
El silencio profundo se hizo
En el socavón inerte de las entrañas,
Moraras siempre alondra en vuelo
Tu canto no escuchare de nuevo.
De luto pintaste la alcoba
Del amor profundo de los dos,
Con una lágrima cerraste el abismo
De nuestras almas delante de dios.
Hoy meditabundo vago
En los recuerdos de aquel amor,
Sin encontrar la calma en el sueño
Que repare mi moribundo corazón.