carminha nieves

ENVEJECER

 

Duele mucho, envejecer, dicen.  A mí nunca me ha afectado, miro poco  para el espejo aun  en mí interior soy niña, joven y mujer, soy la misma.

Cuando me acuesto, dormida, sueño como no me acuerdo de hacerlo con dieciocho años.

Dentro de mí hay mucha amargura, mucha tristeza, pero no sé porque, me siento llena de esperanza engañosa, que un día  voy a ser amada.

Seré normal? Igual a los otros?  O el médico tenía razón cuando me dijo que tengo una sensibilidad fuera del normal e la capacidad mental de sentir en los otros, lo que ellos no sienten?

Hoy en otra casa, no es el palacete de mí juventud, es una casa bonita, pero mí tristeza es la misma.

Mi pensamiento y yo, no andamos  pisando el suelo con firmeza. Como si viviera en el Limbo   solo pienso en alguien que  ha conseguido  por poco tiempo, es cierto, darme la sensación de no estar a mas, de ser importante, respectada…Oh! Qué bueno fue.   Quería por lo menos oír su voz. Tengo la certeza que la ceiba de la vida me inundaría, que ablandaría el dolor de mí corazon, tan dolorido. Adonde estas? Por donde andas?

Quizá ni se acuerde de mí.

En el tiempo, todo queda, en el tiempo todo se olvida y es normal, porque la frontera, que siempre he impuesto a mí misma de respecto por los demás, me impidió de ser hoy una persona feliz