Pudiera ser tu nombre el de una piedra, el de una flor de enigmas fluviales, el de una estrella o una constelación premeditadamente arrinconada. Pudiera ser el nombre más conocido, más desgastado o pudiera ser uno que libertase la boca del que lo pronunciase.
Pudieras no tener nombre incluso, y aún así serías tu, pero tu nombre no sería nada sin ti. Pudieran ser silabas y consonantes extraídas ritualmente del cielo, o descavadas de sus sarcófagos subterráneos como tesoros resonantes.
Pudiera yo darte uno desde la artesanía de mi corazón, o que sea mi alma… y así demuestre que existe. Pudiera, pudiera, pero no… es tu nombre de mujer exacta, es tu nombre un imperio diminuto, eres tú, en tu nombre.
LRL
26-7-2011