Un nuevo y cálido amanecer
se avecina retorcido al oeste
aquella luna eclipsa un mar de sangre
ante una rosa que la luna infeste
Un sol gira a un sur abotagado
hundiendo el hielo de lisa arena
y la ráfaga de delicados pétalos
desgarra el ángulo de cristal sopena
Yo vagaba errante
hasta la cruz del anatema
mientras el filo quemante
rasga el velo de condena
Mi ultimo Adiós
se entierra solo
con la dama que el tiempo oculta
y un grito que desgarra al fondo
Hoy sepulté la palabra
y desaté mi sonrisa
que abraza el infierno
y el alma esclaviza
Un firmamento oscuro
desató las golondrinas
me salvó de la oscura veda
me devolvió la tenue vida
Tu eres la llave
de mi cofre negro
que encierra mis días
de un abrazo eterno
Acompáñame en mis momentos
en mis sonrisas lúgubres
Acompáñame en mis días
a morir en silencio.