Que robo mi corazón y lo sepulto en la lejanía de las estrellas,
la melancolía se apodera de su cuarto adornado por la franela,
que ha perdido la sutileza, que ha perdido el eco de su mirada risueña,
los suspiros se escapan de sus muñecas suspensas.
Donde está la princesa?
Que hacia alegoría a las franelas de su vestido de cerezas,
su peine descansa sobre las cuerdas de una silla de rustico aroma,
envenena y enamora.
Su sombra percibo desde mi ventana veraniega,
Donde está la princesa?
Que embriago de pasión mi existencia.