Torrente de pasión que me devora,
generosa ambición, dulce destino;
sublime encarnación de lo divino,
lucero que ilumina mis auroras.
Perfume de una brisa bienhechora,
Flor hermosa plantada en mi camino,
Maremoto, huracán y remolino,
Refugio en que la gloria se atesora.
Todo eso eres en mi alma desde el día,
que cruzaste tu huella con la mía,
impregnando en tu aroma mi sendero;
Hoy no puedo vivir sin la locura,
de estar encadenado a tu hermosura,
y sólo respirar, porque te quiero...