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Vendo a mi antojo los despojos que me quedan
de los matojos de alegría de aquellos días;
de ambrosía en copa, sangre en cuello
y tu olor en mi ropa, que fueron piojos
que tuve que sacar, a golpe de escoba,
de esas que parecía que hacían carambolas
y resulta que hacían malabares,
barriendo las horas de todos los bares.
Y ondean por estos lares banderas multicolores
Soles que uso de sarmiento en tiestos cualquiera,
que regaré con primaveras hasta que calienten
tanto como tus amores,como mis dolores,
como nuestros corazones.
Ya no me saca de quicio el preguntar,
que hacer, si no estas,
que ya tengo laca con la que fijar mis ideas,
lo tengo claro, si te vas,
me buscaré otro vicio, sea cual sea.
Me comeré el mundo, o un puñado de cristales,
con tal de no oír por un segundo tus cantares.
que hoy son puñales romos,
el metafórico reflejo de lo que no somos.
Nunca seremos dos, tan solo seremos tu y yo.
Yo seré despertador para mis sueños dormidos,
tú serás lo que siempre has sido.
Ahora no estés triste si te rondan los buitres
esperando a que te mueras de soledad.
Te di un todo que no fue suficiente,
que no supiste mirar, que no quisiste aceptar.
Ahora no se si te arrepientes,
pero es tarde ya.
Se siente.