Se hacen presentes las memorias De aquellos mágicos momentos En los que mis historias Vuelcan mi estado a contento Las pequeñas historias de niñez De la gran inocencia que rondaba De aquella olvidada pequeñez Que me tenía envuelto en polvo de hadas Los valientes juegos de temerario El arrullo que siempre me ha calmado En las noches de desvelos innecesarios Cuando el temor mi inocencia había asaltado Los besos de amor que siempre vivirán Las miles de caricias guardadas Las miradas enamoradas que no se borrarán Los regalos en velos acurrucados Los bailes llenos de emoción plena En un mágico y tranquilo lago Con la Luna mirando llena Y el roce de un tierno inocente halago Los cientos de cafés bebidos En tarde de melancolía y apoyo Que ahora parecen un tanto perdidos Desembocando las lágrimas del arrollo La familia tan unida y fuerte Que te enseña lo que es verdadero A ser atento y valiente Sin descuidar ser dulce y sincero Mi memoria hoy los rescata Son tantos recuerdos, llenos de elegancia Pero lo que nadie se percata… Son todos, recuerdos de una falacia