Cuando la niebla inunda el sol de mis pupilas
y veo borroso a través de mis ventanas,
entonces pienso: me alumbra la luz de la poesía.
Cuando miro, te busco y distante te siento,
y raudo voy hacia ti y no te encuentro,
es cuando creo que la poesía es mi consuelo.
Cuando observo el cielo y te veo riendo
y mis ojos respiran alegría infinita,
entonces fluye de mi un maná de poesía.
Cuando miro hacia abajo y estás llorando,
y se inunda el pozo y llora mi gozo,
entonces me lanzo a tu lado, te seco y te levanto.
Cuando los dos compartimos ávidas almas
y nos citamos discretos en el rincón de la calma,
suena un dueto: es la música de tu poesía y la mía.
Cuando mi corazón, triste o contento, llora por dentro
y ve que la distancia nos puede por momentos,
entonces me rebelo y grito: ¡acércame, poesía!
Cuando la niebla inunda la luz de las pupilas
y fluyen las penas en el caudal de la vida,
entonces simplemente digo: nos queda la poesía.
18 de septiembre de 2009
Pau Fleta
(Adaptación de un poema mío en lengua catalana)