Despertaré aún con la luz de
la luna,
esperaré al sol y le veré
levantarse
para saludar una a una
las criaturas
que se mueven al son de sus
cálidos rayos.
Agudizaré mis oídos para llenarme
del sonido
de la fiesta melodiosa del cantar de
las aves,
Que inician el vuelo hasta la montaña, al encuentro de
la cascada
que humedece al viento,
que mece las hojas de contento y desliza los manjares de
alimento.
Caminaré lento para observar con detenimiento
el rostro
de la gente que sonríe porque vive,
acompañaré
el pausado desplazamiento de aquellos que han perdido
su energía
por mucho caminar de noche o de día.
Me deleitaré despacio con el sabor de mis alimentos,
sorberé
de ellos el esfuerzo de aquellas manos afanosas que cultivaron
la semilla
que germinó en la vida que sostiene más vidas.
Regaré el jardín para que florezcan
las rosas
y llenen con sus fragancias el aire que respiro,
,para llevarlo a este corazón partido.
Regalaré mi cariño para sentirme
como niño
que ríe ante la inocencia de
una vida que se inicia,
que juega con las estrellas y las nubes blancas
amasándolas en figuras que vuelan, que cantan, que corren y
abrazan…
como el deseo de las cansadas almas
que ansían regocijarse en la inocencia, en la timidez y
la ternura.
Caminaré despacio…muy despacio…para sentir en
mis pies descalzos
la caricia de la tierra cubierta con la hierba húmeda por el agua que
se desliza del techo que cubre
mi morada.
Caminaré despacio para sentir
el viento sobre mis lágrimas
y las lleve lejos y se depositen en
la mar de tristezas
para que no vuelvan…y me devuelva la riqueza de la vida.