Arcilla
Internado entre montañas…
El viento gira canción de lágrimas……
Un susurro de pájaros parece esconderse…….
Que larga es la distancia cuando me extingo
En las verdes horas de la vida rural…..
Desde aquí….mi ventana rectangular….
Se pierden una orgia de ocres y amarillos…
Y el aroma parece hablarme…
De ancestrales suplicios…………………..
Pero tú mujer…..tú te yergues sobre la distancia…
Recorres con tus cabellos mis años…
Te balanceas entre lo simple y llano….
Ebria de espacio y humedad…..
Entonces….recuerdo mujer que eres de tierra…
Antigua y cobriza como Teotihuacán…
Tu raza volcánica revienta entre espasmos...
Cuando tus manos se agitan por un ideal………..
Mujer mía…mujer rebelde……
Yo concluyo en tus vértices de fuego…
Y tu fuego es palabra obrera, humilde…popular………
Mujer mía, compañera amada de esta hora sin tiempo…
De este tiempo sin nombre………..
Tu presencia es de madre, de niña, de agua solar….
Eres la cultura colorida que inunda el espacio…
El aroma de avena y el café de la tarde…coloquial…
Eres la esencia que se enraizó en mis manos…
Y mis manos son de barro como las tuyas……
Déjame en esta tarde distante…callar el ritmo del orbe…
Déjame contemplarte entre verde montañas…
Ay mujer, entre ideas que cruzan y palabras que faltan…
Como extraño tu olor de tierra en la casa.
A mi amada compañera en la simple cultura de un hogar tibio.