Suelo fijar mi estrella en el alma de los caminos, en los pocos caminantes que aun caminan, y pensar… ¿En que nos habrán envuelto el cerebro o lo que es peor el corazón?
Lo intento entre demasiadas gargantas que tragan y se atragantan en el mismo silencio. Y dos veces deliro para apresar cualquier novedad… Para ensayar alguna nueva esperanza, pero dos veces más, unánime la nada danza entre los velos de la ingrávida realidad.
Continuamente vivo
Soy sin lugar y sin tiempo,
Pero soy
Me toca así…
ser sin tregua.
Y allí soy
donde los huracanes y tempestades
nos clavan las uñas por la espalda..
Soy
con quien llora en extranjeros ojos
las propias lágrimas.
Allí donde se desgarra un hijo de la mano,
Soy
Y se enluta el pecho en las miserias
cuando entre dientes tiritan
banderas blancas no respetadas.
Y hago acento en la palabra Pàz
Frente a los sin código
y a los que suponen a otros sin derecho.