A media noche meditabundo,
agónico fusco y sombrío;
quise en esta hoja revocar mi hastío,
y olvidar el sufrimiento, que me da el mundo.
Quise olvidar recientes desilusiones,
que han apagado la luz de mi existencia,
matando en mi la fe y la creencia,
sin dar resguardo a mis emociones.
Quise olvidarme del beso ingrato,
que en loco delirio me hizo suspirar;
haciendo en el mi vida expirar,
sin dejarme un solo recuerdo grato.
Quise mejor sufrir estando solo,
porque pienso que es la única forma de olvidar,
solo así dejará el corazón de sangrar,
sepultado en el hielo de algún polo.
Quise diluirme en la noche lóbrega,
eterna noche, en tu ausencia infinita;
como el viento entre los árboles que agita,
como hoja seca que de la rama se despega.
Quise diluirme en el arroyo corrientoso,
escaparme de mi vida en un suspiro,
en el todo y en la nada es lo que aspiro,
dejar por siempre, este amor tormentoso.