Cuento el tiempo, para ver tus palabras,
Y le pido al cielo que de tu mente no salga.
Te llevo en mi esencia cual aroma guardada,
Recordando el calor de tus pies de agua.
Brillo en tus ojos, misterio de tormentas,
Entre centellas que iluminan esta noche desierta.
Llegas cautivas mi alma inquieta,
Cual manantial vivo de silencio y belleza.
Entre el frió matinal de estas montañas inmensas,
Te espero al alba cobijada de calma y espera.
En las lluvias recias de las tardes frías,
Y en las noches iluminadas con escarchas y velas.
Mi amor perdido, recuerdos de ayeres nos guardan,
El destino incierto que otra vez nos encuentra.
Te espero en el borde de esta noche cósmica,
Para vencer en su límite las más profundas tinieblas.
Mayo-2-2011