Si el tiempo no cura las heridas de la ausencia
ni sana las carencias del amor en los estribos
y solo hilos de soledad se entrecruzan
en el único camino de tu esperanza;
si solo queda recordar unas cuantas horas
soñadas, que dieron sabor al olvido
sin que contara en la realidad ni tu sentir ni el mío
consumidos en el congosto de las distancias;
si como el sol pasado del ayer, cuyos rayos
son imposibles de absorber hoy,
nos viene una melancólica sudoración
por los sueños palafreneros del desdén;
sigamos, como hasta ahora, siendo inútiles
en el cómputo de las veredas, solo conteo
en las ilusiones desperdigadas del andar,
soles pasados que no calientan nuestra marcha;
sigamos como venimos, sin contar para los sueños
que se realizan, sin entendernos uno al otro,
sin remedio para las distancias que nos doblegan
y que nos obligan a la nostalgia de desearnos.