Un beso amor, un beso, una flor
que me recuerde la emoción que viví
cuando te conocí y te dije:
¿Fuma usted?, y tú dijiste \"Sí\".
Después, la providencial invitación
a degustar un café, En una tarde casual,
sin más aspiración que conversar,
y pues, quién sabe. Quizá.
Luego, las miradas furtivas, para no
despertar sospechas, y que la presa
no se escapara viva.
Ya te tengo mujer donde quería,
para esconder mi corazón de la
impaciencia y la sinrazón que lleva
a dos soledades a establecer un nexo.
A provocar con un beso la pasión
que se sabe languidece dentro
del cofre sin llave que es el corazón.
Un beso amor, un beso, una flor
que del olvido se quiere escapar
el ave que agoniza, porque en el nido,
los afanes, nos van matando el cariño,
y las rutinas remplazan a las caricias
que escancian el vino del carnal
deseo de confundirse enteros en un
abrazo de fuego, en un \"te quiero\".
Un beso, amor, un beso, que se muere
mi ansiedad por celarte, por guardarte
más que el oro y los diamantes, como el
más fino tesoro que he tenido en las manos.
Tu amor, que no me lo robe nadie.
Un beso, amor un beso, que requiero
aliviar mi desencanto. Porque mi llanto
nubló mis pupilas el día, que me enteré
que eres de carne, el día que tus enfados
me desgarraron del alma su fino encaje.
Ese terrible día cuando la calma perdida
en un instante eterno, se me convirtió
en vapor, y me se disipó en el aire.
Un beso, una flor, tu compañía y un
beso para hacer alarde a los cuatro
vientos, porque ni pruebas, ni tempestad
ni yo ni tú, en nuestra debilidad,
lograron agotar nuestra paciencia,
porque seguimos escribiendo de
nuestra historia el prólogo y no
el epílogo. Que ese lo escribiremos
cuando muera. Temprano o tarde.