Te doy la buenas noches.
Agradezco que leas.
Te envío un fuerte abrazo,
la calidez de siempre;
y espero que te guste,
lo que esta noche,
cuento.
No sabría decirte como la quiero a ella
si no te definiera sus ojos exquisitos
que lamen cuando mira.
Si no te contaría
que su piel es un grito que arde en mis silencios,
que su boca es un lirio,
que sus brazos un cuenco,
y que sus manos tersas
son sábanas de seda
cuando me agobia el tiempo.
Tal vez,
no me entendieras si no te cuento esto.
Si no te doy la pauta
o el punto de partida
si no te digo amigo/a lo que con ella pasa
cuando por las mañanas la encuentro tarareando
y revolviendo azúcar de sueños en las tazas.
Si yo no te dijera,
si yo no te contara
que lucha aquí a mi lado y banca mis locuras,
mis rayes,
mis estados
y está en esos momentos,
amargos,
desolados...
donde cualquiera afloja sino tiene en la vida
ese remanso alegre,
ese oído presto
o esa comida tibia que saben dar sus pechos.
O aquel susurro largo de amor, diciendo:¡Bueenoo!
Te cuento que la amo
la necesito y quiero.
Espero que me entiendas,
lector,
es mi sustento...