Luchas por mantenerte firme rechazando acometidas,
no te fijas sin embargo en que vivir cuesta la vida.
Recuerdas aquellos días con el corazón vacío:
eras un simple crío que era herido con facilidad.
Querías comerte el mundo desde los barrios más bajos,
conseguir en un segundo todo sin ningún trabajo;
no eras más que un renacuajo en un océano de sal,
eras pequeño y débil, fuiste forzado a madurar.
Tu infancia se fue, fugaz, finito el tiempo de ser niño,
finito el tiempo de soñar con gente que te de cariño
pues la realidad es dura, igual que cruda la verdad,
en este mundo no hay lugar para la libertad.