ARA

Amor de otro tiempo

 

Suspiro silencioso todas las noches y los días que te pienso,

No sé cómo desaferrar tanto recuerdo vivo que no tengo,

Porque se me viene el sentir desesperado de otro tiempo,

Que se afirma con tus ojos antaños   al verlos.

 

Y eres manantial que late infinito en mi alma solitaria,

Que se queda apegada en las horas en que ame la vida.

Tanto como ahora que te encuentra  en este viaje de su vida,

Y  todo se vuelve tan solo recuerdos, lejanías que suspiran.

 

Estas lejos y a la vez cerca en estos días que se van  lentos,

Tus labios me dicen que mi amor es tu vida y tu recuerdo.

Mas  tu rostro, tu piel y tus cabellos, lejos  son mi endecha,

Y  mis brazos reclaman al recordar  que te abrigaban sin tregua.

 

Tu piel… ho tu piel, se deslizaba cual ceda entre mis manos,

Tu piel… tan sutil y serena como el cielo en las noches de fiesta.

Suave delicada  guardando un volcán furioso de aguas turbulentas,

Festejando con la mía gloria indecible que estremecía nuestras esencias.

 

El agua  emanante  de tu piel era vida entre mi piel mojada de ti,

Tus colores sonrojados como el rojizo atardecer de las costas donde nací.

En aquel excelso momento en que mi vida toda era de ti,

Tan tuya entre tu piel como nunca antes de nadie fui.

 

 

Tu cabello empapado celoso entre nuestros besos se asomaba,

Y  la furia se animaba de repente, ansiosa impaciente inesperada.  

Cual si el tiempo se le acabara adueñándose de nuestras ganas,

 En que te sentí de mí desde la piel en cada beso del alma..

 

Ni un centímetro de distancia querían  dejar nuestros cuerpos,

Fundiéndose el uno al otro como el hierro en una espada,

Hirviendo de fuego encendido y después de aquella magia,

Se  sello este amor para siempre en nuestras dulces miradas.