Vi dos ranas sonreídas
de una manera muy grata
viviendo alegres y unidas
dentro de una vieja lata.
Se veían muy divertidas
disfrutando de su gracia
en su casita pulida
hecha con una lata.
Las dos ranitas del cuento
dejaron su vieja charca
y disfrutan su momento
viviendo en su vieja lata.
Alejandro J. Díaz Valero