Odio el dia, la noche,
el no morar este cuerpo,
el no dormir en tu levadura.
Sentir el corazon en cenizas,
y el alma en charcos de agua.
No quiero caer.
Odio volar si no tengo a donde,
odio soñar si no hay parnaso.
No quiero brillar,
si la obscuridad me abruma,
tu presencia se esfuma
y te extraño aunque te vea a diario.
Extraño tu boca en la mia
y mi alma colgada de tu saliva.
Aun te amo...
Aunque esto me lleve a morir en la orilla,
como un durazno sangrando.
NoKtambulo...