Con el corazón en las manos
acepté tu partida,
confiando en la promesa
que ibas a regresar.
Con tinta de besos
cartas escribía.
Abrigo en tus noches
de soledad.
No ocupó otro corazón el espacio,
que con tanto recelo
para ti guardé.
Han pasado los años
y cuesta aceptar,
que marchitas por tu amor
mis manos estén.
© Veyra C. Jackman Ojeda. Todos los derechos reservados