Tú eras azul
negra, verde, violeta.
Y yo te miré
y te vi roja,
naranja, de color de fresa.
¿Quién mentía?
Mis ojos
agitando pestañas invisibles
decían: No, nosotros no.
Mis manos
molinos de aire en el cielo
gritaban: no fuimos nosotros
no.
Mi boca
besando tu piel, centímetro a centímetro
llego a olvidar un beso
allí donde tu cuerpo se une con el cielo.
No fue la boca
no.
Fuiste tú.
Entera tú.
Olvidaste que eres roja, naranja, de fresa.
Olvidaste que tu color
es del color de quien te mira
quien te admira.
Yo soy de tu color.
Porque tú y yo somos lo mismo.