Cayendo gotas de agua en un vaso vacío.
El tiempo es tan sabio
y los días son tan cortos
acaso ¿dejaré de pronunciar tu nombre?
¿serás olvido en mis pensamientos?
Las hojas de un libro se desprenden
como el canto del corazón cuando el cuerpo en el cual habita
calla su voz.
No echaré la culpa al mundo, ni le echaré la culpa a
Dios, solo para justificarme.
Si, alzaré mi mirada al cielo, como si esperará lluvia descender.
Tocaré el polvo con mis manos, porque del polvo fuiste tomado, y al polvo regresarás.
Fugazmente mirare hacia el horizonte, y recordare los amaneceres de mi existencia.
Me sumergiré en el agua, mi cuerpo estará flotante, y con el agua me limpiaré.
Un día tendré un nombre único, escrito está.
Mi esencia tendrá nombre.
En este momento no me quedaré con un hubiera.
No me quedaré con ...y si te hubiera amado… ¡No! porque hoy te amo. Y cuidaré de tu amor.
De un lado hay un espejo, y del otro un vidrio. Yo elijo el vidrio, porque al principio también me reflejaré, pero al final podre ver más allá que solo a mí, veré lo que hay de tras del vidrio.
Mi corazón sigue latiendo y no por miedo a errar dejaré de vivir.