Que monótona vida sin esperanza,
que amarga tristeza sin consuelo;
vivir añorando lo que nunca se alcanza,
como queriendo emprender sin alas el vuelo.
Solo vivimos para huirle a la tristeza…
Nuestras alegrías es una fugitiva,
y aún sin ambicionar grandeza;
parece como si el destino nos castiga.
Siempre le mendigamos al mendigo,
y el rico todo le ofrecemos;
y así siempre carecemos,
de estudio de hambre y abrigo.
A veces en la vida hay mucha injusticia,
porque la injusticia es parte de nuestras vidas,
siempre aplastamos la fruta caída,
y en nuestras mente conservamos la malicia.
Triste vida del que nada tiene,
así como es de triste la mía,
ya esta eterna miseria me hastía;
y hacia el éxito la necesidad me detiene.
Que mal nos juega a veces el destino,
y se nos lleva la vida en falsa ilusión,
nunca llegamos al final del camino,
nos envuelve, nos engaña, nos juega a traición.
A veces, no se vivo de esperanza,
o tal vez, la esperanza me mantiene vivo…
El anhelo de mis sueños nada alcanza,
y sin amor, esperanza, ni dinero sigo.
Mis sueños y esperanzas ya agonizan,
el tiempo apaga pronto la ilusión;
hasta el pecho deja de sentir emoción,
al ver los deseos convertidos en cenizas.