Unos granos de sal
lograron salir victoriosos
en la batalla campal
que libraron con el mar furioso.
Lograron llegar hasta la orilla
sin ser por el mar disueltos,
y después de tanta rencilla
pudieron conservar sus elementos.
Unos granos que al secarse al sol
son minerales de sódica valía
cuyo comercial valor
va condimentando nuestra vida.
Y es allí al contacto con el agua
el enemigo que creía vencido,
ahora le gana la batalla
después que la había perdido.
Por eso debes estar alerta,
no repitas la historia de la sal,
pues la pobre quedó disuelta
al querer al agua, de nuevo enfrentar.
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