Jesús Lantigua

Cuando vuelves…

 

Cuando vuelves y te tengo,

 

te esparces después

 

en el intervalo de los reencuentros.

 

Para volverte a tocar,

 

necesito de tus playas,

 

de tus gaviotas desenfrenadas,

 

de tus deleites de arena;

 

justo del lugar, donde crece la brisa.

 

Para volverte a tocar

 

necesito de las distancias,

 

de la carretera abierta,

 

de las miserias del tiempo.

 

Cuando vuelves y te tengo,

 

me inflamas la anatomía,

 

se me crecen las pasiones,

 

me haces de fiebre la piel.

 

Cuando vuelves,

 

para volverte a tocar,

 

sólo necesito extender los labios,

 

palpar tu desnudez,

 

acariciar la próxima cita.

 

Cuando vuelves,

 

para volverte a tocar,

 

hago juntar lo real

 

con el antojo de mis sueños,

 

tus aguas, con mí valle de sol.