El silencio escondido en un beso, el dulce aroma de tu piel aterciopelada, la imaginación volátil de un deseo y el susurro de un sentimiento al oído de un sordo... No me das razones para seguir viendo lo inútil que se hace la vida en cuestión de fracciones y lo hermosa que una vez la vi, ahora se convirtió en maravillosas personas con momentos fugaces que quedan guardados en la memoria de quien los vive; déjame postrar dulcemente un corazón que late por ti entre tus delicadas manos, y mientras tus misteriosos ojos descifran claves en los míos, cantemos al alba que hemos descubierto algo más allá de una vida, un cuerpo de dos almas y de sufrimiento...
AUTORA: M. Biersack